Ha cumplido y, después de lograr su objetivo, Microsoft pasa una página. El gigante del software ha anunciado que Windows 10, presente ya en más de 300 millones de dispositivos, es la versión de su sistema operativo cuya adopción en el mercado ha resultado más rápida, todo un logro teniendo en cuenta que las ventas de ordenadores ha continuado a la baja.
Este éxito se debe, en parte, a la estrategia impuesta. Pero nada dura para siempre. La compañía ha adelantado que a partir del próximo 29 de julio la actualización del software dejará de ser gratuita cuando se cumpla justo un año de su lanzamiento. El hecho de no cobrar por su actualización a los usuarios propietarios de Windows 7 y Windows 8 ha sido fundamental.
De esta forma, el primer año de la plataforma se ha basado en escalar posiciones rápidamente y, ahora, pasará a su tradicional modelo de negocio de pago por licencia. Costará entonces unos 119 dólares (unos 5474 pesos) en su versión básica o, como viene siendo habitual, gratis con la renovación del equipo, ya que los nuevos modelos de ordenadores incluyen de serie este sistema operativo.
«Estamos viendo que la gente en casa, en las escuelas, en las pequeñas empresas, grandes empresas y otras organizaciones adoptan Windows 10 más rápido que nunca», señala Yusuf Mehdi, Vicepresidente de Windows, en un comunicado publicado en el blog corporativo, en el que destaca que el uso del nuevo navegador Edge ha crecido un 50% en el último trimestre y Cortana a ofrecido más de seis mil millones de respuestas desde su lanzamiento. Microsoft asegura, además, que ha registrado más de nueve millones de horas de juegos, lo que demuestra que «los usuarios están jugando en Windows 10 más que nunca».
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